Entre el lunes 12 y el viernes 16 de febrero realizamos una campaña de cirugía infantil en el Hospital de Ndala, cerca de Tabora capital. Allí operamos 15 niños y niñas con fisuras labio-palatinas y algunos con otras patologías, sin complicaciones reseñables.
Como siempre, el problema no es lo que hacemos, sino lo que no podemos hacer. Es desesperante ver cómo nos traen niños (y adultos) con patologías que en España se podrían tratar, y allí tenemos que dejarlos sin poder ofrecerles ninguna solución, sabiendo que están condenados a una vida enferma y miserable en el mejor de los casos. Volvemos contentos por haber cumplido objetivos, pero también con un cierto sabor amargo por lo que no podemos hacer.
Por otra parte, en este viaje hemos visto muchos niños con fisuras labiopalatinas que hemos tenido que posponer hasta el siguiente viaje porque no cumplían requisitos de peso, por malnutrición. Eso nos ha sorprendido, porque no era tan frecuente en viajes anteriores. Estamos intentando organizar un seguimiento de estos niños.
