BLOG VOLUNTARIOS EN MWANZUGI 3ª ENTRADA

Los jueves en el dispensario de Mwanzugi suelen ser algo caóticos. Es día de vacunación y por

lo tanto se acercan las madres con niños entre 0 y 9 meses de la región. Para muchas no solo

es una cita médica sino también social. Cuando terminamos de vacunar a sus hijos y les damos

la cartilla no se van con prisas sino que se quedan sentadas hablando durante un buen rato

hasta que se forma un buen grupo de mujeres que vayan en la misma dirección y caminando

“pole-pole” (como dicen aquí despacito), marchan riendo y cargando a sus hijos a la espalda

sujetos con unos paños coloridos llamados “kitenge”, que hace las veces de falda, sujeta-niños

o incluso cubrecamas en la sala de partos. Cada kitenge tiene un decorado diferente y original.

Se compran en el sokoni o mercado y allí mismo hay costureros que te lo convierten en blusas

o faldas si quieres. Nosotras ya nos hemos hecho con los nuestros, pero es difícil elegir con

tanta variedad de colores, mosaicos y telas.

A eso de las doce termina el horario de vacunación y sobre esa hora de nuestro tercer jueves

en Mwanzugi nos pusimos en marcha en el Jeep de las sisters a visitar Tabora. Son unas tres o

cuatro horas de coche por un camino que se parece más a la montaña rusa del Parque de

Atracciones que a una de las carreteras principales del país. En nuestra excursión pasamos por

el Hospital de Ndala, donde la Fundación tiene también un papel clave y nos aventuramos a

echar un vistazo. También pasamos por el Hospital de Nkinga que es uno de los más

importantes ya que tiene los medios más avanzados pero no es accesible para la mayoría de la

población debido a su elevado precio. Este último pertenece a la Iglesia de Pentecostes.

Llegamos a Tabora ya anocheciendo y nos fuimos a comer samosas y helado. Nos alojamos en

el Hostal de la Diocesis de Tabora y por la noche vino Father Alex, responsable de sanidad de la

Archidiocesis y contacto de la Fundación. Cenamos con él y nos habló de un nuevo proyecto

que tiene entre manos para construir una escuela de enfermeros en el Hospital de Ndala.

A la mañana siguiente nos fuimos a Bukene, un pequeño pueblo a una hora más o menos de

Tabora donde visitamos el Internado de los padres de la congregación de San Francisco de

Sales. Nos dio la bienvenida nuestro buen amigo Father Jomat y nos hizo un tour por el

internado. Nos llamó la atención lo cuidado que estaba todo, se nota el empeño y las ganas

con las que trabajan los padres y las hermanas que lo llevan. Los niños tienen un nivel muy alto

de inglés y estudian mucho. El nivel del internado es muy alto y los precios son accesibles para

todos, por ello los padres mandan a sus hijos de todas partes de la región y hay largas listas de

espera. Nos recibieron con los brazos abiertos, tanto los niños como los empleados y

cuidadores. El internado alberga a unos 180 niños de entre 4 y 15 años, en grandes

dormitorios con por lo menos 20 literas por habitación. Los niños se encargan de mantener el

orden en sus dormitorios pero por habitación hay un cuidador que está con ellos 24 horas al

día. En el mismo recinto está el colegio que además de los del internado recibe a otros 180

niños más. En total unos 360 niños y esperan duplicar su capacidad de aquí a 4 años

comenzando un proyecto de escuela secundaria. Como nos gustó mucho la experiencia

decidimos alargar nuestra estancia un día más y nos quedamos hasta el domingo cuando

cogimos un autobús de Bukene a Nzega, otro de Nzega a Igunga y finalmente Igunga-

Mwanzugi. Llegamos a Mwanzugi a comer y continuamos nuestro día a día en el dispensario.

Esta semana no ha habido muchos pacientes, ya que ha coincidido el tiempo de recolecta y los

días festivos de final de Ramadán.IMG_4416 IMG_4417 IMG_4418 IMG_4419 IMG_4420 IMG_4421 IMG_4422 IMG_4423 IMG_4424

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